Foto y texto: Jossmar Percovich
El aislamiento social obligatorio ha dejado sin trabajo a muchas personas que eran el único sustento económico para solventar los gastos en el hogar. Solo en Lima, mas de 2 millones de personas han quedado desempleados.
La crisis emocional juega un papel importante en la vida de las personas. Y las situaciones difíciles ponen a prueba nuestros recursos personales frente a la perdida de algo. La perdida del trabajo, juega un papel muy complicado en la vida de las personas.
Una crisis emocional siempre implica tomar una decisión importante y aceptar que todo ha cambiado. La pandemia mundial por el COVID-19 y el cierre de muchas empresas o la reducción de personal ha hecho que muchas personas se queden sin su único ingreso económico.
Eso hace en muchas ocasiones que las personas se deprimen, o se aíslen en soledad. Una de las principales consecuencias de la crisis emocional es la paralisis, es decir, no sabemos ni podemos reaccionar ante lo que nos está ocurriendo.
Carmen y Marìa, son trabajadoras de KFC, franquicia de fast food en Perú. Ellas como muchas personas tuvieron miedo de quedarse sin trabajo, se han vuelto ansiosas ante todo y han aprendido a vivir con el miedo de contagiarse en las calles o trabajando.
"Tengo miedo de contagiarme, pero tengo que continuar para seguir generando ingresos para mi familia y seguir pagando mi universidad", declara una de ellas. Para ellos debemos aceptar la situación. Dejar de luchar contra ella y vivirla. Asumir la responsabilidad de lo que está pasando. Pide ayuda si la necesitas. Muchas veces no somos capaces de afrontar las crisis en solitario. Pedir ayuda aliviará la presión en una situación conflictiva y atajará el problema con mayor rapidez.
VIDEO, entrevista a Estephany Mestanza, interna de psicología y testimonios de dos trabajadoras de un centro de comida rápida.
Vídeo: Josmar Percovich
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